lunes, 8 de septiembre de 2014

La música de Luis Advis resuena a diez años de su muerte


Concierto gratuito hoy, en la Sala Isidora Zeger
Profesores y estudiantes de la Universidad de Chile abordan la variedad de su obra, desde piezas para piano solo hasta selecciones de la Cantata "Santa María de Iquique".  

ROMINA DE LA SOTTA DONOSO 
Famosas eran sus clases, siempre repletas, en la Universidad de Chile. "Eran extremadamente atractivas; partía hablando de estética y podía terminar dibujando mapas antiguos. Era muy culto y sabía mostrarles a los jóvenes lo grande que es el mundo. Y todo con un excelente sentido del humor", recuerda Wilson Padilla, profesor de flauta del departamento de Música de la Facultad de Artes de la U. de Chile. Este discípulo de Luis Advis ofrecerá hoy en la tarde, con colegas suyos y estudiantes, un concierto para conmemorar los diez años que se cumplen desde la muerte del compositor.
"Nunca permitió los tributos. Así que ahora que no está, nos daremos el gusto de reconocer el enorme trabajo que hizo por la música chilena", dice Padilla.
El concierto será a las 19:30 horas, en la Sala Isidora Zegers (Compañía 1264), con entrada liberada. Allí, se presentarán algunas de sus composiciones de cámara más relevantes.
Jorge Pepi-Alos abrirá con cuatro de los Preludios para piano; y será seguido por el Cuarteto de flautas Aulos y Edward Brown en el corno con "Invitación al vals" (1994). "Además de su riqueza en texturas, es un gran ejemplo del humor que Advis pone en la música", apunta Padilla. Agrega que "Cinco Danzas Breves" (1998), obra que presentará el Cuarteto de Saxofones Oriente, que lidera Miguel Villafruela, "es un gran trabajo respecto del idioma latinoamericano".
También se interpretará la no menos lúdica "Divertimento" (1964) para quinteto de vientos y piano.

Cantata moderna

La obra de Advis es muy extensa y va desde la "Suite Latinoamericana" -para orquesta sinfónica- hasta un largo catálogo de música incidental para el teatro, el cine y la televisión. Aún estudiaba Filosofía en el Pedagógico cuando empezó a aprender composición con Gustavo Becerra-Schmidt. A los 22 años le encargaron la música para el montaje "La princesa Panchita" de Jaime Silva. Él solo conocía la música culta -clásica-, y tuvo que investigar en el folclor. Ese trabajo fue calificado como "deslumbrante".
La música popular y de raíz folclórica, esa que nunca se había escuchado en su casa, le quedó dando vueltas. Hasta que decidió poner la primera piedra de una construcción musical mayor: la Nueva Canción Chilena.
Lo hizo articulando ambas tradiciones musicales en una sola partitura para cello , contrabajo, conjunto de voces, guitarras, bombos y charango, en la Cantata "Santa María de Iquique" (1969).
De la cantata, esta tarde Canto Crisol interpretará "El sol en desierto grande", además de "La denuncia" de "Canto para una semilla" (1972) y "Hombre de América", de la Sinfonía "Los tres tiempos de América" (1987).

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