jueves, 15 de septiembre de 2011

Grupo Quilapayun rinde homenaje a Víctor Jara

El Universal


El conjunto chileno regresó a México luego de tres años de ausencia

Con una serie de temas poco conocidos, algunos rescatados tras del golpe de Estado a Chile en 1973, otros más que dan muestra de su calidad artística y humana, el grupo chileno Quilapayún rindió anoche un sentido homenaje a su fundador, el músico Víctor Jara (1932-1973) en el Teatro Metropolitan de esta ciudad.

La agrupación con más de 50 años de trayectoria interpretó las canciones del músico, cantautor y director de teatro chileno, así como las que han hecho de su repertorio un emblema de libertad, con lo que confirmó que la música siempre ha estado unida a lo mejor de las causas humanas.

Bajo la dirección del filósofo Eduardo Carrasco, los músicos chilenos regresaron a México luego de tres años de ausencia, en esta ocasión no para reencontrarse con seguidores mexicanos, sino para recordar con cariño a quien fuera su integrante por tres años y a quien definió como un hombre alegre y que disfrutaba de la vida.

Invitados por el Centro Cultural El Juglar, apenas aparecieron en el escenario y las poco más de tres mil personas que se dieron cita los recibieron con una fuerte ovación; enseguida, apareció el nombre de Víctor Jara en una gran pantalla colocada detrás del escenario y la ovación estremeció.

Un par de segundos después, los ocho integrantes de Quilapayún, ataviados con un poncho en color negro y pantalón de vestir de igual color, iniciaron su presentación con el tema Plegaria.

Al tomar la palabra, Carrasco expresó su beneplácito de estar en México y habló brevemente de la relación que tuvo con Jara, personaje de quien, dijo, ''recibimos una gran influencia, tanto en lo artístico como en lo personal''.

Subrayó que ''es emotivo estar una vez más en México y transmitir este sentimiento a través de sus canciones; especialmente en estos días en que nuestras naciones conmemoramos nuestras independencias respectivas, y también se conmemora el golpe de estado de Chile y que acarreo con la muerte de Salvador Allende''.

Minutos después, la agrupación de música folclórica, que formó parte de la llamada Nueva Canción Chilena durante la década de 1960 y que sigue vigente a la fecha, continuó su recital con el tema Minero, primera canción que Víctor Jara compuso para Quilapayún.

La cocinerita fue otro de los temas que se escucharon en el recinto, una canción epopéyica y poco conocida en el repertorio del compositor chileno, al igual que La población, tema compuesto en 1972 y estrenado en el teatro Gran Palace de la ciudad de Santiago.

Momento emotivo fue cuando se escucho Con el alma llena de banderas, un tema que Víctor Jara dedicó a un joven estudiante muerto por una bala perdida durante una manifestación en la ciudad de Santigo.

Durante el tema, se proyectaron imágenes del funeral de Jara realizado en 2009, en el que cientos de seguidores expresaron muestras de apoyo y cariño en mantas y cartelones.

En medio del ritmo de las guitarras, la jarana, la flauta y batería, los asistentes expresaron de igual manera muestras de apoyo a la agrupación al gritar 'íno estan solos!, íno están solos!', al tiempo que seguidores chilenos sacaron banderas de Chile y las ondearon en la sala.

Manifiesto, Paloma quiero contarte, El aparecido, La partida y Te recuerdo amor fueron otros de los temas que se escucharon en la primera mitad del recital.

Para la segunda parte, estos virtuosos del canto hicieron un recorrido por sonidos, voces y ecos de la America andina, con el que se ganaron un fuerte y nutrido aplauso.

No falto el tema dedicado al líder revolucionario de origen argentino Ernesto 'Che' Guevara, personaje que Víctor Jara admiró por su valentía, coraje, destreza y habilidad.

Así, en su presentación el grupo formado en 1965 ofreció un concierto en el que recuperó ritmos andinos y latinoamericanos, que fueron conjugados con la biografía de Salvador Allende, cuyo mandato constitucional fue cortado por el golpe de Estado de Augusto Pinochet, y con ello su vida.

Por espacio de dos horas, también interpretaron los temas que le han dado fama a la agrupación en
todos los rincones del mundo, como La muralla, La carta, El pueblo unido jamás será vencido, Tío Caimán, Plegaria a un labrador, Premonición a la muerte de Joaquín Murieta y Pido castigo.

Al final del concierto, los presentes rindieron una fuerte ovación a los músicos, quienes, a su vez, agradecieron las constantes muestras de apoyo y cariño.

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