Luchar contra el olvido.
Así de simple, escribo estas líneas antes que se pierdan en mi memoria.
Subí en Alcántara a las 11.50 de la mañana y la cita era a las 12. En Tobalaba el metro se detuvo mas de lo acostumbrado y a todos los que se subieron los invité uno por uno a la cita, nadie podía faltar, sería un crimen si así lo hiciesen.
El cambio de línea en Baquedano fue voraz, a punta de notas musicales no me di cuenta cuando ya caminaba por Compañía haciéndole el quite al cierre de la calle viendo el palacio de justicia tan pulcro e inmóvil.
Entre de repente x Sótero del río. Y ahí estaba la sala la reforma.
Los criminales fueron otros, los que no pudieron ir se hicieron más presente que los que asistieron, pero aun así ahí estaban en sus sillas de izquierda a derecha: Torres, García, Lagos, Carrasco, Carrasco Fernando y Quezada.
Partió Carrasco explicando pormenorizadamente las razones de la presencia del conjunto en esa sala. Tanto García como Lagos y los dos Carrasco habían estudiado música en la escuela vespertina de música popular de la Universidad de Chile, una instancia que había nacido bajo el alero de Sergio Ortega, como dijo carrasco, Sergio era un excelente copista de partituras, que bajo su lapicera Montblanc podían hacer aparecer negras y corcheas como recién salidas de la imprenta.. Sergio Ortega los había ayudado en algunos arreglos del disco x viet nam, específicamente en el himno de las juventudes mundiales, otra profesora de la facultad de la cual no recordaban el nombre los había ayudado en el montaje vocal de "a la mina no voy" y de "por montañas y praderas" del disco basta.
Sergio Ortega se dio cuenta de la necesidad de que estos músicos también tuvieran la oportunidad de tener formación musical.. Y desde ahí a la escuela con el tiempo llegaron músicos del inti, los blops y tantos más.
De ahí el contacto con los maestros fue natural, en esa época les hacía clases Gustavo Becerra, Cirilo Vila, conocieron a Luis Advis. Víctor Jara también tenía contacto con la U. Tuvieron contacto con danza, y con Bunster y Jara montaron su primer recital en un teatro lo que fue toda una revolución para la época.
Cirilo Vila tenía sus propios tiempos. Si la clase era a las 8.30 el maestro podía llegar fácilmente a las 12 pero valía la pena. Incluso se armó un campeonato de ajedrez llamado "esperando a Cirilo". La relación con Cirilo Vila dio la oportunidad de crear la Cantata del Carbón, si ya habían hecho una obra por los mineros del norte era necesario hacer una obra por los obreros olvidados del Sur, la cantata quedó a medio terminar al momento del Golpe, pero posteriormente Cirilo Vila les envió la obra terminada de la cual solo se grabaron algunos fragmentos en el disco Patria.
Carrasco recordó el trabajo con Gustavo Becerra, las fugas Memento y Revolución, la Cantata Américas y La Cantata Allende, obra inédita, en donde se funde el desarrollo de música electroacústica con la musicalidad del Quilapayún del cual se hizo un montaje y una grabación casera pero que no se pudo registrar en disco.
Se recordaron del maestro Juan Orrego Salas, también recordaron que un primer momento a inicios de la década de los 70 también estuvieron involucrados en el proyecto los Siete Estados de Celso Garrido Lecca, un ballet que contaría con danza de Bunster y con la participación de Quilapayún, Inti Illimani y Víctor Jara.
Carrasco desarrolló la idea fundamental de lo que buscaba el Quilapayún por aquella época, si bien todo el desarrollo de la música de concierto se había dado en Europa, implantar el desarrollo de esa música dentro del ambiente chileno era inconsistente si este no se hacía de una forma en que la población chilena pudiese aprehender estas formas bajo una concepción local, así si bien una Cantata de Bach no era posible de ser asimilada, a través de la Cantata Santa María, Chile pudo asimilar el formato de la Cantata.
Ya por aquella época el Quilapayún siguió desarrollando el concepto de estas obras, así llegaron Vivir como él, La Fragua que fue grabado por la Orquesta Sinfónica de Chile, aunque no aparezca mencionada como tal en el disco. Ya estaba rondando por aquella época la idea de desarrollar una Sinfonía, la que muchos años mas tarde sería la Sinfonía de Los Tres Tiempos de América. Y viendo que el desarrollo del formato musical podía llegar mucho mas allá vieron la forma de montar en el futuro una Ópera Popular, para lograr este objetivo desarrollaron los talleres Quilapayún , que en términos simples era replicar la formación del Quilapayún en varias agrupaciones, pero teniendo como objetivo el futuro montaje de esta ópera. Ya tenían hablado con Neruda el desarrollo del texto, comenzaron los ensayos de Actuación en una casa cercana al actual Gam… y todo eso quedó truncado con el Golpe.
El Exilio les trajo la necesidad de desarrollarse como cantautores, y para eso existían talleres de composición que eran dirigidos por Eduardo Carrasco, ahí salieron muchas de las obras que iban a cubrir desde el Disco "Adelante" hacia el futuro.
La idea de apertura hacia delante y hacia arriba siempre fue una idea central del Quilapayún incluso desde sus orígenes, en la época en que todos desconocían las artes musicales, al termino del primer tema del primer disco, La Paloma, la canción termina con un acorde menor con séptima y novena, y siempre esa fue la idea del conjunto, ir descubriendo, ir apropiándose de las capacidades y aportes de cada uno de los individuos, de los maestros, de los integrantes, de hacer cosas grandiosas, temas simples, ser dúos, tríos en el escenario, ser solistas, ser minimalistas en la época en que contaron con Wang.
También Ismael compartió su testimonio de cómo los hijos se han ido integrando a este mundo en el cual ellos estaban inmersos, y que es el mundo musical por el cual ellos suben al escenario.
Quise preguntar sobre las palabras que alguna vez escuché en una conferencia de Patricio Wang, que uno de los talleres Quilapayún estaba dedicado a la transcripción de música de concierto para instrumentos andinos, que ese taller contaba con la participación de Jaime Soto, y que después del Golpe ese taller había dado forma al Barroco Andino. Todos los participantes de la mesa no concordaron con esa visión, no existía un taller de esa forma, si bien el Quilapayún había realizado un arreglo de un Preludio de Bach para el disco Quilapayún 5, esto no estuvo vinculado a la formación de un taller en especifico para ese tipo de arreglos. Fernando Carrasco nos contó que la idea del Barroco fue la de la fusión del Conjunto Guamary, que ya venía trabajando con Jaime Soto, al cual se sumaron algunos otros músicos para formar un grupo que con el tiempo partiría al exilio. Por mientras que desarrollaban el repertorio se les ocurrió tocar estos arreglos de música clásica, algo que no llamara mucho la atención. La sorpresa vino cuando fueron invitados a un Festival de la Juventud por las autoridades de la época y tuvieron un tremendo éxito, con lo cual la idea de partir al exilio quedó olvidada.
En este punto debo contar que la versión de Patricio Wang es levemente distinta, ya que alguna vez me indicó que el proyecto de partir al exilio no resultó debido a que no tuvieron respuesta en las embajadas con las cuales habían empezado a hacer las gestiones para partir del país.
Tanto tiempo, tanta experiencia en cada segundo de ese conversatorio en el conservatorio.
Y tanta risa, tanta emoción, tanta palabra a la bajada del escenario, Me sorprendió que Hugo Lagos supiera tantos detalles de mí, la conversación fue grata, entendió mi punto de vista sobre la cuestión, y me contó algunos detalles que solo en la memoria voy a llevar.
Víctor Tapia
22 abril 2015